23 enero 2007

Mira por donde..



Bueno, pues aqui lo dejo..para quien no lee los comentarios..no es mio sino de Juanma..muchas gracias por la oportunidad de ponerlo..y la de poder hablar contigo...y con todos los que entran y hablan..las casualidades no lo son tanto...

- ¿Lo envuelves con papel de periódico? – preguntó en tono jocoso él.
- Tú te fijas en la envoltura, en lo de fuera. ¿Olvidas que la sorpresa y el regalo están dentro? – respondió la chica mientras sus labios se deslizaban suavemente hasta dibujar una sonrisa y su ceja izquierda se arqueaba.
- Sí, seguro que envolver con periódicos los regalos para ti significa algo más profundo que para el resto de los mortales, pero estoy seguro que tampoco tenías más cosas a mano para hacer el paquete – dijo divertido el muchacho.
- Tampoco he hecho nada por tener más cosas a mano, ¿para qué? – exclamó la joven riendo de forma natural.
Las carcajadas inundaron el cuarto y ambos se fundieron en un beso que por unos momentos les mostró un retazo de eternidad. Las bocas de los amantes se frotaban con gracilidad y rapidez haciendo aumentar considerablemente el ritmo de sus corazones. Poco a poco, el beso se fue pausando, volviéndose cada vez más lento hasta el punto que sus latidos parecieron adormecerse. Este punto puso fin a un proceso encarnado en beso que se había alargado por varios minutos. Los jóvenes separaron sus labios y disfrutaron del goce de mirarse en silencio. Sus ojos estaban clavados los unos contra los otros, pero no en tono desafiante, sino con la mirada de un niño que cada día descubre una porción del mundo. Se tocaban, se acariciaban… conectaban. De repente, el chico rompió el mutismo.
- Te quiero porque eres así.
- Así, ¿cómo? – preguntó la mujer visiblemente emocionada.
- Espontánea, sencilla. Tú haces las cosas sin teorizarlas, como sí hago yo. Yo necesito pensar las cosas, filosofar, teorizar y sólo así puedo aplicar. Tú, en cambio, te riges por tu instinto, por tu corazón, por tu pureza. Haces las cosas como eres, sin que tus actos hayan pasado antes por el filtro de la mente, sin que hayan caído en sus telarañas – dijo el muchacho con una sinceridad tan sublime que provocó que los ojos de la joven se desbordaran de alegría.
- No sé qué decir – balbuceó ella con un tono a medio camino entre el gimoteo y el susurro.
- No digas nada. Simplemente sigue siendo tu misma.
Ella estaba extasiada, esperando que el chico acercara su boca para volver a sentir el placer que se había apoderado de ella hacía unos instantes. Pero el joven no hizo esto. Separó las manos del cuerpo de ella y se dispuso a abrir el regalo. Él también había sentido lo mismo que la chica y deseaba volver a besarla. Pero la misma sensación que anteriormente le había producido un goce como nunca antes había conocido, ahora le paralizaba al darse cuenta que no lo entendía. Le daba vueltas a la cabeza intentando comprender que había ocurrido, mas no encontraba las palabras para explicarlo. De este modo, le entró miedo y decidió centrar su atención en el paquete. La chica se quedó con las ganas de volver a probar sus labios, pero aceptó la situación demostrando su gran empatía. Le pasó la mano por la cara casi sin tocarle y tiernamente le ayudó a quitar el envoltorio.

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